Banda sonora de un sábado noche por Madrid

<<On number seven, the voice comes back: ''My generation, all of our making fun of things isn't making the world any better,'' she says, ''We've spent so much time judging what other people created that we've created very, very little of our own''
Out of the speaker, her voice says, ''I used rebelion as a way to hide out. We use criticism as a fake participation''
The voice-over says, ''It only looks as if we've acomplished something.''
The voice-over says,''Ive never contributed anything worthwhile to the world.''>>
Choke, by Chuck Palahniuk. page 88

Hoy iba camino de mi aburrida sesión de estudio para el exámen  teórico de redacción periodística (digo aburrida porque me distraigo mucho en la biblioteca con  las mujeres el ruido de los halógenos y no me puedo concentrar), cuando al coger y hojear un ejemplar de esos pseudo-periódicos de tirada gratuita me encontré con esto:

El enlace a la noticia en un periódico medianamente serio (La Vanguardia), aquí.

Empezemos por lo primero. El deporte que los dos patinadores practicaban se denomina 'downhill skateboarding', que consiste en bajar carreteras empinadas con patinetes especiales para tales efectos. En esta modalidad, se alcanzan velocidades bastante altas, (el límite establecido si mal no recuerdo es de 130.08 km/h según la IGSA (International Gravity Sports Asociation; Asociación Internacional de Deportes de Gravedad), aunque las velocidades medias oscilan entre 40 y 70 km/h.

Para realizar este deporte, los participantes suelen (digo suelen porque no siempre lo hacen) llevar equipo parecido al que lleva un motociclista: mono de cuero, casco integral, rodilleras, espaldera, espinillera y demás palabrejos acabados en -era; dado que a semejantes velocidades una caída puede resultar mortal.

Mischo Erban, poseedor del récord de velocidad.

El caso es, que para hacer downhill hace falta una carretera larga, empinada y a ser posible, con curvas. Actualmente, las carreteras se usan para el tráfico de vehículos propulsados a motor, de tracción animal y bicicletas (lo siento, a mis 19 años todavía no me he sacado el permiso de conducir y todavía no me se el puto código de circulación vial, con lo cual los tecnicismos se me escapan)

 

 La ley en Madrid dice lo siguiente:

 

Ordenanza de Movilidad para la Ciudad de Madrid, Artículo 26. (año 2005) 

''Se prohíbe circular por la calzada utilizando monopatines, patines o aparatos similares, salvo que se trate de zonas, vías o partes de éstas que les estén especialmente destinadas, y sólo podrán circular a paso de persona por las aceras o por las calles residenciales debidamente señalizadas, sin que en ningún caso se permita que sean arrastrados por otros vehículos.''

Por tanto, está prohibido hacerlo, a no ser de que las autoridades pertinentes corten el tráfico en ambos tramos de la carretera. Partimos de que los practicantes de este deporte son conscientes de la ilegalidad del mismo.

El downhill es un deporte extremo minoritario en España. Tiene cierta importancia en países como Estados Unidos, Canadá, Suiza, Austria, Alemania, Australia y Nueva Zelanda; países donde se patrocinan grandes eventos y donde hay bastante gente, entidades y dinero involucrados.

Patrick Switzer gana su cuarta prueba consecutiva del IGSA World Cup tras conseguir la victoria en Calgary por delante de George Mackenzie y James Kelly.

Nos hayamos pues en un dilema. Más allá de seguir a rajatabla lo que dice la ley y comportarnos como colectivo sometido buenos ciudadanos, el problema está en el peligro que supone tanto para los que practican downhill como para los usuarios que transiten por la vía en aquel mismo instante. Y es que el problema es, que cualquier loco de turno ve un vídeo de longboard en internet y va corriendo a su tienda más cercana para comprarse una tabla y tirarse a la carretera, sin ser consciente de que no tiene ni idea y de que puede causar un accidente.

Imaginemos que la persona que va bajando por una curva con precipicio al otro lado cruza con un coche. El conductor no tiene buenos reflejos, se lleva un susto e intenta esquivar al patinador. Imaginate que se cae por el barranco. Imagínate que lleva a su familia dentro. ¿Cambia la situación, verdad?

Lo que suelen hacer los que de verdad saben hacer downhill es llevar dos coches (uno delante y otro detrás) y walkie talkies para evitar accidentes. También seleccionan carreteras de difícil acceso y poco transitadas. Pero claro; eso solo son los que de verdad saben.

La gente no va a dejar de patinar porque sea ilegal. Sería estúpido. Yo patino, y de vez en cuando me meto por la calzada. Nada serio, despacito y a mi rollo. Cuando no veo coches. Sin embargo, hace falta sentido común y saber lo que de verdad estás haciendo. Hace falta organizarse, crear una asociación y hacer peticiones a las autoridades pertinentes. Organización de eventos, corte de carreteras, etc. No puede ser tan dificil, existen más deportes de descenso que ya tienen reconocimiento.

La guardia civil colaboró en la relización de este vídeo cortando la carretera.

El otro día no podía parar de reír con esta viñeta.

'Iranian friendship programme.'

¡Benditos sean los caricaturistas de The Economist!

Gracias a la biblioteca Miguel de Cervantes  por tener a disposición la revista, así me ahorro tener que pagar los casi 6 euros que cuesta quincenalmente. ¡Aprovecha las cosas útiles que se pagan con tus impuestos!

Día Mundial contra el Sida

El pasado 1º de diciembre los miembros del voluntariado En Plenas Facultades hicimos una actividad en la cafetería de la Universidad Rey Juan Carlos (Campus de Fuenlabrada) con motivo de la jornada mundial en contra del virus del VIH  (Que no VH1, esa cadena musical que en pleno siglo XXI todavía pone de vez en cuando algo de música decente). Nuestro trabajo se centró en una rápida  instrucción acerca de las posibles formas de contagio del virus, desmitificar los mitos acerca del mismo y de enseñaza para evitar conductas de riesgo. El resultado, en imágenes:

Universitarios acudiendo en masa al oir '¡Condones gratis!'. Parecía un capítulo de The Walking Dead

                        

Penes de plástico. Los pervertidos que se acercaban a tocar se llevaban condones gratuitos.

                    

No quieres; te repito, no quieres leer las cosas que garabatearon en el dibujo

                  

                                  

Nuestra ayudante ligando captando público.

            

¡Penes para todos los gustos!

                                   

...Aburridas clases de los martes...¡Qué nos enseñen algo útil!

¡Vuelven los patinetes de plástico!

En los años setenta, a la gente de Cadillac Wheels se le ocurrió la novedosa idea de empezar a fabricar ruedas a partir de uretano ( un compuesto derivado del petróleo), lo que propició el abandono del uso de materiales   como la arcilla ( algo así como patinar con cuatro ladrillos redondos acoplados a los ejes)  y metal (cuchillas en potencia; ¡rash, rash , rash, dedos amputados!)  para la producción de ruedas.

 Ejes/ruedas de la marca Chicago, años 60.

Literalmente son ladrillos

Con eso cortaba un filete, o incluso a una persona por la mitad.

En seguida a otro loco se le ocurrió empezar a fabricar tablas de plástico mediante inyección en molde.

¿El resultado? Skates pequeños y de colores chillones que propician ataques de epilepsia.

Ahora bien, parece ser que este año se están volviendo a poner de moda. ¿La causa? ¡El márketing audiovisual ! Las compañías que fabrican estos cacharros están librando una batalla en la red para ver quien se lleva más clientes. Los precios son muy parecidos y los productos muy similares también.

GLOBE BANTAM from GLOBE on Vimeo.

Stereo Vinyl Cruiser: Tommy Fynn on a Beach Cruise from Padopark on Vimeo.

Penny Skateboards from James Brown on Vimeo.

Stereo Vinyl Cruiser: San Francisco with Ben Gore from Padopark on Vimeo.

Stereo Vinyl Cruiser: Leisure in New York with Chris Pastras from Padopark on Vimeo.

Stereo Vinyl Cruiser: Coffee and a Cruise with Alex Schmidt from Padopark on Vimeo.

Dentro de nada veremos las calles de Madrid llenas de modernos y hipsters luciendo monopatines a juego con sus gafas sin graduar. ¡Quelle horreur!